sábado, 8 de mayo de 2010

DEL MARKETING POLITICO Y OTRAS COSAS



En estas fechas, en que los partidos políticos parecen perder su real objetivo de existir y, tras demostrar reiteradamente que adolecen de una buena asesoría, se hace imperioso el conocer en qué forma pueden aprovechar el marketing para volver por el sendero de satisfacer las demandas de la población.El sobresalir de entre varios aspirantes a un puesto político --sea éste Presidencial Regional o Municipal les mueve a enfocarse en los medios, técnicas y programas que les hagan triunfadores en base a sus ideas, proyectos o candidatos (en el caso de un partido.)El marketing político, entonces, se convierte en su arma vital para conocer, atraer y retener a los votantes ligados o interesados en su proyecto.Es aquí donde radica la importancia del marketing para permitirles conocer mejor a los electores y las estrategias a implementar para influir en ellos.Conocer las aspiraciones y necesidades de la población es primordial y el punto de partida para elaborar cualquier programa político.Lejos de presentar promesas, que se ha notado ya como algo bastante obsoleto, se deben presentar los proyectos en forma completa, incluyendo pronósticos y objetivos. El marketing político, por consiguiente, les permitirá mutar del empleo de programas inadecuados a programas que se adaptan a las necesidades actuales, con el futuro como objetivo... más allá de su período de gobierno

Gianna
El plan de marketing político

Una organización que desee ganar unas elecciones del tipo que sea: políticas, sindicales, profesionales o vecinales, debe, en primer lugar, determinar los objetivos que pretende alcanzar y, posteriormente, establecer una estrategia que le permita conseguirlos. Si esta estrategia se materializa en un determinado proceso planificador, apoyado en una serie de técnicas concretas, lo denominamos Plan de Marketing Político o Electoral.

Cuando una determinada organización: partido político, sindicato, agrupación profesional, etc.,pretende ganar unas elecciones, se va a ver obligada, en un principio, a efectuar una serie de actuaciones, tanto internas como externas, cuyo objetivo prioritario debe ser conocer las circunstancias que inciden en su mercado electoral y, en consecuencia, adaptar su estrategia a dichas circunstancias, realizando aquellas actividades adecuadas a las especifidades propias de cada segmento. Estas actividades a realizar: investigación del mercado, comunicación, promoción…, no deben ser independientes entre sí, sino que deben responder a una planificación sistemática y constituir un conjunto integrado y coherente en relación con los objetivos perseguidos. Si nos centramos en los partidos políticos, esta planificación la vamos a denominar Plan de Marketing Político y va a ser el instrumento que permitirá reflexionar, de forma objetiva y racional, sobre el pasado, el presente y el futuro de la organización política en sí, pero también sobre el propio mercado electoral. Esta reflexión proporcionará los elementos necesarios para poder definir, con cierta exactitud, los objetivos a alcanzar en el período de tiempo que se establezca previamente, no limitando la acción del Marketing Político, exclusivamente, al espacio electoral, ya que perdería una gran parte de su eficacia y efectividad. Un análisis de la competencia, es decir del resto de los partidos opositores, permitirá estar preparado para reaccionar, en tiempo y forma, ante cualquier cambio inesperado que se produzca en el electorado o ante determinadas acciones imprevistas de los otros partidos. Por otro lado, un buen Plan de Marketing Político, por lo que representa en sí mismo, va a elevar la motivación de los militantes e incrementar su orgullo de pertenencia a la organización, logrando una mayor participación y una mejor aceptación de responsabilidades, tanto en las tareas habituales de gestión interna como en las excepcionales derivadas de una campaña electoral. Proceso sistemático Para la elaboración de dicho Plan es conveniente seguir un proceso sistemático constituido por seis etapas concretas que definimos, brevemente, a continuación: 1.- Análisis: va a permitir conocer la situación actual e histórica del mercado electoral: partidos competidores, votantes, líderes de opinión, aspectos socio-económicos y cualquier otro factor que pueda ser determinante. La pregunta que formularemos en esta etapa sería: ¿Dónde estamos situados y por qué estamos aquí?. 2.- Previsión: analizando el pasado y el presente, se puede extrapolar al futuro en función de las circunstancias consideradas .La pregunta típica de esta fase sería: ¿Con estos planteamientos y de no actuar drásticamente, cómo y dónde estaremos en el futuro? 3.- Objetivos: será necesario establecer las metas que más interesan al partido y, de ellas, las que se puedan conseguir con un esfuerzo y medios adecuados. Para ello nos preguntaremos: ¿A dónde queremos llegar con los medios que vamos a dedicar? 4.- Estrategia: conociendo quiénes somos, es decir nuestras fortalezas y debilidades, dónde estamos: mercado, competidores, entorno, y qué es lo que se quiere alcanzar, será preciso establecer la estrategia para llegar a ese punto: ¿cuál será el mejor camino para alcanzar los objetivos definidos?. 5.- Tácticas: es la consecuencia de la anterior. Se diseñarán las diferentes acciones de Marketing que permitan conseguir las metas prefijadas. Las preguntas pueden ser varias: ¿Qué acciones concretas de Marketing se deberán realizar?. ¿Quién o quiénes las llevarán a efecto?. ¿En qué momento comenzarán y finalizarán?. ¿Qué recursos económicos y humanos deberán asignarse? 6,- Ejecución y Control: una vez definido todo lo anterior, la última fase es la puesta en marcha del Plan y el consiguiente control del mismo: análisis de las desviaciones que se produzcan a lo largo del desarrollo del mismo para poder aplicar, con rapidez, las correcciones oportunas. ¿Qué medidas y en qué momentos se establecerán para que todo se ejecute de acuerdo con la previsión. El desarrollo operativo de este Plan pasa por la aplicación de unas técnicas o políticas que el Marketing pone a disposición de una organización en un proceso electoral y que podemos sintetizar en cuatro: Análisis del Mercado Electoral, Política de Producto, Política de Ventas y Política de Comunicación. La intensidad de su aplicación y las modalidades específicas a utilizar, dependerán de los distintos segmentos de votantes y del momento concreto en que se encuentre la campaña.





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